Datos personales

Mi foto
torrelavega, cantabria
Procuro soportar el suplicio de pensar libremente

NOTA.-

Por sistema, todos los artículos aquí colgados, han sido antes enviados a los medios escritos de comunicación con la intención de que sean publicados. En algunos casos, lo han sido y, en otros, no.

viernes, 2 de enero de 2009

Gaza: EL CINISMO DE LA EQUIDISTANCIA

Gaza: EL CINISMO DE LA EQUIDISTANCIA

Enjuiciar un hecho desde el punto de vista exclusivo de los principios o los valores suele conducir o al fundamentalismo o simplemente a la mayor de las injusticias, donde valorar el dolor más cruento, el físico, por ponernos en un extremo, puede llegar a ser comparado con cualquier otra sensación, incluso mística, que un ser humano pueda percibir.

Con razón el representante de Israel ante la ONU puede sentirse satisfecho con los resultados obtenidos por la campaña que su gobierno, manifiesta, ha orquestado ante los medios de comunicación, a nivel internacional, para predisponer a la opinión pública mundial y obtener, cuando menos, algún grado de “comprensión” ante la operación “plomo fundido”, iniciada por Israel hace una semana. Todos los gobiernos de los llamados estados occidentales, así como muchos, incluso, de los islámicos, han justificado y aceptado la operación israelita, como una respuesta a la ruptura de la tregua por parte de Hamas, limitándose a pedir tímidamente un alto el fuego, o una minitregua para atención humanitaria de las víctimas.

Pero si de los políticos no podemos obtener otra cosa que no sean medias verdades y muchas mentiras, cuando de salvaguardar intereses se trata, de los periodistas y tantos “opinadores” como circulan por tertulias y columnas de periódicos, sí deberíamos esperar más objetividad, al menos, ya que su imparcialidad parece resultar imposible.

No valen aquí las equidistancias.

Solamente diciendo que, durante la última tregua y, por lo tanto, en plena vigencia de la misma, Israel ha matado a más de cincuenta palestinos, debería ser suficiente para desmontar cualquier equiparación y, menos aún, justificación de lo que está ocurriendo. Pero es que, además, la tregua no la ha roto Hamas sola, sino que no ha sido renovada, una vez terminada su vigencia, no habiendo llegado ambas partes a acordar su prórroga, y siendo, por lo tanto y , en todo caso, la responsabilidad de las dos.

Con todo, lo que haya ocurrido durante la pasada tregua es una anécdota, conocida la historia completa de este conflicto.

Es corriente escuchar a los más ingenuos hablar de ética en caso de guerra, de convenciones internacionales, de derechos de los prisioneros, etc. etc. cuando si algo debe quedar claro es que la guerra es la ausencia de política, de ética, del derecho. De que, en situación de guerra, lo que prima es la estrategia, el armamento, el número de bajas que se pueda hacer al enemigo, tanto de soldados como “colateralmente” de civiles, la destrucción de sus fortificaciones, objetivos todos ellos que inevitablemente borran de la mente de los contendientes cualquier viso de moralidad, empatía, sensibilidad o humanismo, pero también de racionalidad. El balance de este largo conflicto es inequívoco: Israel aventaja, con creces, en la consecución de sus objetivos militares. Mucho más armamento, muchas más víctimas, mucha más destrucción. Y, aunque toda víctima, por insignificante que sea, es, en sí misma, injusta, aquí el número, sin duda, también cuenta.

Por otra parte, distinguir entre que Israel es un estado y Hamas ni siquiera es el gobierno de un no-estado, y que la diferencia está en que a un estado se le pueden pedir responsabilidades y a un movimiento de resistencia no, porque no está integrado en el concierto político internacional, en este caso carece de fundamento práctico, puesto que si algo ha demostrado Israel es que se salta insistentemente todas las normas internacionales y todas las resoluciones de la ONU referidas concretamente a su comportamiento, no admitiendo responsabilidad alguna ni rindiendo cuentas ante nadie.

Tampoco se puede decir que Israel sea un estado democrático, por el sólo hecho de que sus gobiernos se elijan democráticamente. Es hora ya de que incorporemos a nuestra cultura democrática que un estado que no respeta los derechos de los demás estados no es democrático, por mucho que sus ciudadanos hayan elegido democráticamente a sus gobernantes. Suele ocurrir, además, que el estado que no respeta a los demás, tampoco respeta a sus propios ciudadanos.

Por último, distinguir entre las acciones ofensivas y defensivas. En toda esta historia, Israel ha llevado a cabo siempre una política ofensiva, y esto no se puede ocultar ni olvidar. Se podría discutir si el pueblo judío tenía o no derecho a instalarse en Palestina. Lo que nadie discutirá es que los palestinos tenían y tienen derecho a permanecer en su tierra. Desde un principio Israel ha pretendido hacerse con todo el territorio y a ello se ha empleado resueltamente, haciendo oídos sordos a todas las resoluciones y propuestas de la ONU y llevando a cabo toda una política de aniquilación del pueblo palestino. Y los palestinos tienen todo el derecho a defenderse, incluso, saltándose todas las normas internacionales, si nadie sale efectivamente en su defensa.

Es difícil proponer una salida a esta situación. Comúnmente se apela a la necesaria intervención de la comunidad internacional como única vía posible, como si esta fuese viable. La experiencia nos dice que no y no se ofrecen otras alternativas. Por lo que soy escéptico y creo y, en todo caso, espero que, en último extremo, serán los pueblos, el palestino y el israelita, libres de tanta manipulación, quienes, al final, podrán alcanzar un acuerdo de convivencia, porque los pueblos son los que aman la vida y también sufren la muerte. Para cuando eso llegue, lamentablemente, habrá habido muchos más muertos. Y todos seremos algo responsables.

Nota.- Este artículo ha sido enviado, para su publicación, a todos los medios escritos, en papel o digitales, de cierta difusión.


No hay comentarios: