Datos personales

Mi foto
torrelavega, cantabria
Procuro soportar el suplicio de pensar libremente

NOTA.-

Por sistema, todos los artículos aquí colgados, han sido antes enviados a los medios escritos de comunicación con la intención de que sean publicados. En algunos casos, lo han sido y, en otros, no.

martes, 1 de abril de 2008

COMPRENDER EL MOVIMIENTO OBRERO

HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO EN SUS ONCE RASGOS MÁS SIGNIFICATIVOS

La historia del movimiento obrero es la historia de la lucha contra la explotación. Aunque desde tiempos remotos los esclavos, los siervos y los pobres en general se han rebelado contra su situación, lo que entendemos por Movimiento Obrero podemos decir que nace en el s.XIX, cuando los campesinos fueron expulsados masivamente de sus tierras y se vieron obligados a emigrar a las ciudades para ser obreros asalariados en las fábricas y talleres surgidos con la primera revolución industrial.

A partir de entonces, aunque en distintos lugares y momentos, la lucha ha seguido, casi siempre, el mismo itinerario:

1. Protestas espontáneas ante el patrón, como el culpable de la miseria y explotación que padecen los trabajadores.

2. La Unión hace la fuerza: De manera natural, los trabajadores han buscado la unión con los compañeros de fábrica o taller.

3. Extensión de las luchas: Inevitablemente, la unión ha ido abarcando a otras empresas de la misma actividad, para pasar a extenderse a ciudades y comarcas enteras, haciendo coincidir las luchas para hacer más presión ante los patronos que, por su parte, también se unían para imponerles condiciones más duras.

4. Inicial e ingenua confianza en la Autoridad: Pensando que era misión de los gobernantes defender el bien común y, por tanto y sobre todo, a los trabajadores y los pobres, la parte más desprotegida de la sociedad, al principio acudían a las autoridades buscando protección y apoyo, pero pronto iban descubriendo, por propia experiencia, que eso no era así.

5. Organización obrera: organizar las luchas y coordinarlas exigía estar organizados permanentemente, entre lucha y lucha, naciendo así las primeras asociaciones de trabajadores, las “Sociedades de Apoyo Mutuo”, los sindicatos y, posteriormente, la Asociación Internacional de Trabajadores. Los primeros sindicatos, en Europa, nacen, en Gran Bretaña, alrededor de 1830 y la Primera Internacional se constituye en 1863. En el estado español, la Unión General de Trabajadores (UGT) se funda en 1888 y Solidaridad Obrera en 1907 y, de ésta, en 1910 la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

6. Persecución: Durante mucho tiempo, las organizaciones obreras fueron ilegales, añadiendo así, además de las luchas contra el patrón, la necesaria protección para no caer en las manos de la Autoridad y sufrir su represión. Gran parte de su actividad era clandestina por necesidad.

7. Organización política: en la medida en que las organizaciones obreras son reconocidas legalmente, el siguiente paso es participar directamente en la política, creándose los primeros partidos obreros y dándose las primeras participaciones directas en elecciones políticas. Sin embargo, no existe unanimidad sobre la conveniencia o no de participar directamente en la política, discusión que todavía, actualmente, no ha sido superada, y que ha dado lugar a profundas divisiones. El Manifiesto de la Liga Comunista, conocido como Manifiesto Comunista, se publica en 1847. El Partido Socialdemócrata Alemán se funda en 1875 y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.

8. Derecho del Trabajo: Como resultado de la participación obrera en política y, sobre todo, de las luchas desarrolladas, a lo largo del continente europeo, los distintos regímenes políticos no han tenido más remedio que ir aceptando incluir en sus legislaciones un apartado dedicado a la protección de los trabajadores, reconociendo así la desventaja de éstos, con respecto a los patronos, a la hora de fijar las condiciones de sus contratos de trabajo y de hacer valer sus derechos. Según los lugares, las épocas y los regímenes políticos, esa lista de derechos reconocidos ha sido más o menos amplia y los medios para hacerlos valer más o menos eficaces. El derecho a un salario regular, el derecho a vacaciones y descanso, el derecho a la seguridad social, el derecho a la protección de la salud y el derecho de huelga, como medio para hacer valer todos estos derechos ante el patrón y el Estado, todos ellos derechos básicos, vienen siendo reconocidos, de una u otra forma, en los regímenes democráticos, desde haceBold tiempo. En el estado español, el Estatuto de los Trabajadores, promulgado en 1980, aunque modificado varias veces, es la Ley fundamental que rige las relaciones laborales.

9. Desclasamiento y asimilación por el sistema: como en todos los movimientos masivos, las desviaciones y la corrupción son inevitables y también en el Movimiento Obrero se dan. Compañeros, alzados con los votos obreros a cargos políticos, acaban identificándose con el Poder y olvidan los objetivos por los que fueron elegidos, se alejan de los compañeros que les votaron, convirtiéndose voluntaria o involuntariamente en colaboradores del sistema explotador contra el cual originariamente luchaban. Durante la Dictadura de Primo de Rivera, ya hubo ministros colaboracionistas del PSOE, y la UGT aceptó formar parte de los primeros tribunales de conciliación, gozando, a cambio, del favor del Régimen Militar, facilitándole su expansión y un crecimiento fundamental como sindicato.

10. Objetivos revolucionarios: la larga experiencia acumulada, y los numerosos reveses sufridos, hacen surgir la conciencia de que no basta con reformar el actual estado de cosas, en un intento por mejorarlas, por la vía política, sino que es necesario que “el mundo cambie de base”, produciéndose las primeras revoluciones. Aunque los primeros movimientos revolucionarios comienzan en 1848, son La Comuna de París en 1871 y la Revolución Bolchevique en 1917 los dos hechos más emblemáticos en este nuevo planteamiento de la lucha.

11. El Reformismo: La destrucción material, la desestructuración social y todos los males producidos por la IIª Gran Guerra, dieron lugar a un pacto social no escrito, por el que las partes, históricamente enfrentadas, capital y trabajo, se comprometieron a colaborar, de hecho, en la reconstrucción de Europa, dando lugar al resurgimiento y desarrollo, con fuerza, del Reformismo, el viejo planteamiento que cree que el sistema capitalista se puede mejorar, a favor de los trabajadores, y “por el bien de todos”, siendo esta la corriente mayoritariamente imperante hoy en día, y representada, en el estado español, principalmente por UGT, CCOO, PSOE e IU.

El Epílogo de esta historia es el presente: los males para el conjunto de la población no disminuyen sino que aumentan, los derechos reconocidos van desapareciendo, los medios legales con que contamos los trabajadores para defendernos cada vez son menos, la precariedad aumenta y la necesaria transformación profunda de la sociedad sigue pendiente, ya que el actual sistema capitalista se muestra incapaz de solucionar los principales problemas de la mayoría de la población. Por eso, en cada trabajador, con más o menos intensidad, la historia empieza de nuevo, nadie puede impedirlo, se repite, siguiendo el mismo itinerario, dando los mismos pasos, espontaneidad, confianza en el Estado, desengaño, aprendizaje de la propia experiencia, trabajo a favor de la unión,… sumándose a toda esa corriente de gente que, desde siglo atrás, camina en busca de su libertad, comprendiéndolos, identificándose con ellos.

No hay comentarios: