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martes, 1 de abril de 2008

EL PROGRESO ES NATURAL, EL CAPITALISMO NO

Nota.- El capitalismo es algo muy complejo. Este es un intento de sintetizar, extrayendo las líneas maestras por las que se mueve todo el sistema.

LA PRIMERA PREGUNTA

¿Era Botín el más listo de la escuela? ¿Era el más hábil en algo? ¿Se le conoce algún oficio o profesión?

Su padre era el más rico del pueblo. Y su profesión, ganar dinero.
¿De dónde le vino el dinero a su padre? De haberlo heredado de su abuelo, bisabuelo, tatarabuelo… ¿Desde cuándo los Botín, los antepasados de los Botín, los antepasados de los antepasados de los Botín eran ricos? No se sabe. Quizás desde tiempos remotos.

LA “ACUMULACIÓN ORIGINARIA”

Seguro que todo empezó cuando unos seres humanos fueron capaces de hacerse dueños de otros, de sus bienes, de su trabajo, de su cuerpo, de su vida. Empezaría con la dominación de la mujer por el hombre, de unos hombres por otros, de unos pueblos por otros. Empezaría cuando los adelantos permitieron que, con menos trabajo y menos tiempo, se podía producir más de lo necesario. Empezaría cuando los pueblos empezaron a atesorar, a almacenar bienes para el futuro incierto. Ahorrar tiempo y esfuerzo, producir más y mejor era natural. Adueñarse de lo que era de todos no. Adueñarse de las mujeres, hacer esclavos, invadir tierras ajenas menos. Lo cierto es que, cuando el progreso dio un salto y, de pronto, allá por el s.XIX, fue posible empezar a producir cantidades impensables de bienes, quienes podían comprar las tierras, montar las fábricas y comprar las materias primas eran unos pocos. Y los Botín serán herederos de aquellos.

TENER O NO TENER: la cuestión está en la Propiedad

Ni siquiera Botín necesita ser el que mejor sabe ganar dinero. Quienes él contrata pueden saber más. Pero él es el amo. El capitalista nos pone el dinero para que “se lo trabajemos”, pone el negocio, nosotros el trabajo, nos vende a nosotros lo que nosotros hemos producido, él pone el precio, recupera todo lo que ha puesto, nos paga lo justo para que podamos volver al día siguiente a trabajar y se queda con el resto. Porque las leyes se lo permiten, porque él es el dueño. ¿Qué ha hecho él para que, al final, tenga más dinero que al principio?

SER RICO ES TENER MÁS

No basta con tener mucho. Es necesario tener más. El que tiene más puede poner las condiciones que más le beneficien. Y lo cierto es que cada vez hay menos posibilidades de buscarse la vida sin aceptar esas condiciones. Mientras hay campo para todos, uno puede acaparar más sin que los demás pierdan. Cuando el terreno se acota, para que uno gane tiene que ser a costa de los demás. Hasta los propios capitalistas se ven obligados a aceptar las condiciones de los que más pueden. Porque no hay campo para todos. Cuando no te quedan más que tus manos para trabajar y no tienes ni tierra, ni herramientas, ni semilla, la única salida es trabajar para quien las tiene.

ACUMULAD, ACUMULAD, MALDITOS

El “buen capitalista” siempre procura ampliar su negocio, invertir más cada año, modernizar su empresa, reducir costes. Producir más, mejor y más barato que los demás le dará ventaja, venderá más fácilmente, ganará más. Tendrá más. Podrá comprar más baratas las materias primas, podrá poner máquinas más rápidas, podrá prescindir de más trabajadores, podrá bajar más los salarios de los que “prefieran” quedarse. Y podrá seguir ampliando, podrá acumular más. Acumular es la clave. Crecimiento, crecimiento, crecimiento, es la obsesión de los economistas.

Pero, ojo! ¿podrá prescindir de todos sus trabajadores? ¿Podrá ganar sin tener trabajadores asalariados? ¿Podrá ganar sin que haya trabajadores consumidores?

LOS ESTADOS SON HIJOS DEL CAPITALISMO

De tanto acumular unos a costa de otros nace la miseria. Y la miseria es peligrosa porque genera angustia y desesperación. Y es necesario crear instituciones poderosas para evitar que los desesperados se rebelen. Y que lo hagan, primero por las buenas y, si hace falta por las malas. Eso son los estados: instituciones para proteger el derecho a la propiedad… de quienes son propietarios, dentro de las fronteras de un territorio. Todas las leyes y normas que hacen que los estados actuales sean unas instituciones muy grandes y complejas parten de ese principio, y todos sus servidores tienen ese cometido fundamental: proteger esa propiedad frente a los demás ciudadanos “de dentro”, y también de los “de fuera”.

EL CAPITALISMO ES TODO UN SISTEMA

Salvado el principio de que la propiedad de los propietarios es intocable, los capitalistas y el Estado tienen montado, en cada país, y en agrupaciones de estados, todo un sistema de explotación, de control y de represión sobre los ciudadanos para conseguir que las ganancias cada vez sean mayores. División del trabajo entre los que piensan y los que trabajan con las manos. División de tareas en función del género, de la edad, del país de origen. Manipulación informativa, fascinación, engaño, para que el sueño de las víctimas sea convertirse en verdugos. O, al menos, en estómagos agradecidos.

Y, de cara a otros países, acuerdos entre poderosos frente a los débiles, fronteras vigiladas, prepotencia, intercambio desigual, boicot, invasión comercial, guerras por el petróleo y otros recursos, reconstrucción de países derruidos por ellos, asistencia a los refugiados con el dinero de todos. Y, de todo ello, negocio. Lo que importa es la ganancia.

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